Vuelvo a ser libre, pero nadie me preguntó si quería serlo, y la verdad es que estaba mejor antes, contigo todo era más facil, más bonito, más vivo, de otro color...antes todo era mejor. ♥
Vuelvo a ser libre, pero nadie me preguntó si quería serlo, y la verdad es que estaba mejor antes, contigo todo era más facil, más bonito, más vivo, de otro color...antes todo era mejor. 
"Llevo una semana muy mala, Bren, no le encuentro sentido a mi vida, tengo que hacer algo, pero no se qué"
Así mas o menos ha comenzado todo. Tu necesitas algo que llene tu vida, y has decidido dejar de perder el tiempo frente a la pantalla del ordenador, salir afuera y ver que tienes un equipo de baloncesto, un grupo de música, amigos...
Has decidido dedicar tu tiempo a todo eso, pero te olvidas de algo, vale, dejas el ordenador, pero eso también significa que me dejas a mi, y parece no importarte. Bastante difícil es tener que conformarme con verte una vez al mes, que lo que me hacía aguantar era hablar contigo cada día, y ahora... ahora dices que vas a dejar el ordenador, que vas a dejar de hablar conmigo, ya que el móvil es demasiado gasto, y no tenemos edad ni ganas de escribir cartas.
Bueno, no me queda otra opción que aceptar tu decisión, yo buscaré un entretenimiento entre estas cuatro paredes de mi habitación, ya que en esta ciudad no tengo amigas, ni familia, ni nadie a quien pedir un abrazo cuando más lo necesito, por no tener, no tengo ni siquiera una televisión para entretenerme un poco y matar el tiempo que voy a estar pensando en ti a partir de ahora, supongo que me dedicaré a escribir y a dibujar.
Mientras tanto, pensaré en ti y te echaré de menos.
No estarás sola, vendrán a buscarte batallones de soldados que a tu guerrilla de paz se han enrolado. Y yo en primera fila de combate abriendo trincheras para protegernos, mi guerrillera.
Voy a dedicarle esta entrada a una persona muy importante para mi y que en Cartas Desordenadas (ya es hora de llamar al blog por su nombre, que para algo lo tiene) no le he puesto muy buena fama, porque siempre que escribo estoy triste o enfadada. Esa persona se ha convertido en la más importante para mi, tanto que si algún día nos tuvieramos que separar, no encontraría a nadie que fuese capaz de llenar el vacío tan grande que dejaría dentro de mi, y la tristeza que sentiría se podría comparar con la peor de las enfermedades. Me ha aguantado más de lo que nadie me ha aguantado jamás, todos mis enfados, mis rabietas, mis lloros...los que se merecía y los que no, que son muchos más. Le quiero porque me ha enseñado a no atormentarme con la distancia que nos separa, porque siempre está dispuesto a hacerme sentir bien, aunque no me lo merezca. Le quiero porque, aunque yo no lo quiera ver, siempre busca lo mejor para mi y me lleva por el buen camino, porque me hace reír cuando estoy triste, me hace llorar de alegría, porque ha conseguido que de 24 horas que tiene el día, 25 las pase pensando en él. Y le pido perdón por lo mal que me he portado con él muchas veces, y por tantas veces que he desconfiado de él por culpa de mi inseguridad y de mi falta de confianza, que no quiere que comprenda que alguien puede quererme a mi. Le quiero porque sé que me quiere, y por mucho que diga la gente, se que yo he nacido para encontrarle y para estar con él hoy, mañana , y el resto de mis días. Ni soy una princesa ni él es un principe azul, pero yo le quiero como es, con sus defectos y sus virtudes, porque si no fuese así, ¿de qué me serviría quererle? Te Quiero, y punto.